Aunque en el mes de Mayo celebramos a las madres del mundo, todo los dias son importantes para reconocer la gran influencia que ejercen en nuestras vidas.
En este blog, quería compartirles 5 lecciones que aprendí de mi madre.
A pesar de que nunca fue a una Universidad o hizo estudios de posgrado, posee una sabiduría que no la aprendes de los libros o de los profesores más reconocidos.
Les comparto 5 de las más importantes lecciones que me han ayudado mucho, en todo momento, y por las cuales estoy eternamente agradecido:
- A tener mucha fe en Dios, y practicar la oración a diario.
- A siempre mostrar una sonrisa, hasta en los momentos más adversos.
- A celebrar los triunfos de los demás.
- A ser muy amable con todas las personas.
- A tener mucha paciencia, en todo.
Lección #1: A tener mucha fe en Dios, y practicar la oración a diario
Cuando era un niño, era costumbre ver siempre a mi mama orando en diferentes momentos del día: antes de levantarse de la cama, en la tarde, y antes de dormir. Y lo más interesante, la veía junto a mi abuela, y mi tía, todas orando juntas.
Hay momentos que para ser sincero sentía que michas de las oraciones las repetían de memoria, pero había algo detrás del simple hecho de rezar. Había el momento de compartir, había siempre una intención buena detrás de cada oración: un familiar enfermo, alguien en necesidad, y había ese momento de compartir en familia.
Para ser sincero, desde hace tiempo, la oración o momentos de contemplación han estado presentes en mi vida, pero de manera irregular. Luego de entender el verdadero significado de los momentos de silencio y la fuerza poderosa de la oración es que con mi familia la hemos practicado ya como parte de nuestro día a día.
Definitivamente, para tener una mente un poco más abierta respecto a este concepto, momentos de contemplación, o silencio, pueden tener también efectos importantes en nuestro bienestar.
Lección #2: A siempre mostrar una sonrisa, hasta en los momentos más adversos
Es realmente increíble ver siempre feliz a mi mama, con una sonrisa en los labios. Una cosa es fingir estar bien y contenta, y otra completamente diferente es estar seguro de que en verdad poner en practica el famoso “a mal tiempo buena cara” no es tan complicado como parece.
El poder de sonreír no solo hace sentir bien a quien muestra la sonrisa, sino en especial a quienes s la reciben, si así lo desean.
Estudios han demostrado que cuando uno sonríe nuestro cerebro genera unas sustancias muy pequeñas llamadas neuropéptidos, los cuales ayudan a combatir el estrés. Luego también se producen neurotransmisores como la dopamina, serotonina y endorfinas.
Como sabemos, las endorfinas ayudan a mejorar el dolor, mientras que la serotonina actúa como antidepresivo.
Otro estudio mostro que el simple hecho de sonreír reduce nuestra frecuencia cardiaca después de eventos estresantes. Incluso el fingir una sonrisa se vio que ayudo también a los participantes a sentirse mejor, ¿increíble no?
Lección #3: A celebrar los triunfos de los demás
Ok, tengo que admitirlo, esta fue una de las lecciones que más me consto asimilar. Y es que para un niño de 8 años que estudio tanto para un concurso en la escuela y no pudo ganar. Además de estar triste por eso, tener que felicitar a mi compañero de clase, no fue nada fácil.
Recuerdo claramente, como mi mama solo me dijo lo siguiente cuando salieron los resultados “muy buen trabajo hijo, ahora anda y felicita a tu amigo”
En ese momento mi felicitación fue como un acto automático, pero después mi mama me explico en casa lo importante que era reconocer el esfuerzo de otros. Me recordó que solo los 2 mejores de la clase estábamos “luchando” por ese concurso, y el solo hecho de haber sido invitado al concurso era ya un gran triunfo.
Me recordó que hay veces es mejor saber que hay alguien que hace el trabajo mejor que tú, ya que tienes alguien a quien preguntar cómo mejorar. De hecho, después del concurso mi amigo y yo pasamos muchas veces estudiando juntos, y aprendí mucho de él.
Ahora, el celebrar triunfos ajenos es algo muy importante en mi vida, y no necesariamente tiene que ser alguien quien está en competencia conmigo, sino cualquier persona a quien conozco y es reconocida.
Como sabemos, la energía y fuerza del universo empieza en nuestros propios deseos hacia los demás. La vida siempre nos devuelve lo que le damos, multiplicado.
Lección #4: A ser muy amable con todas las personas
Quien tiene el privilegio de conocer a mi madre sabe a que me refiero aquí. Su amabilidad con familiares, amigos y extraños es algo que no se puede describir con palabras.
Algunas personas actúan de manera “amable” porque está en su descripción de trabajo, o porque le han dicho que tiene que intentar ser más amable en general.
Bueno, no es difícil darnos cuneta a quien realmente le nace la amabilidad, y quien la finge.
Recuerdo cuando en mi barrio en Lima, recién estaban instalando los teléfonos fijos en las casas, hace mucho tiempo.
No todos en el barrio pudieron contar con una instalación a tiempo, pero mi mama amablemente ofrecía nuestro teléfono para algún vecino que necesitaba urgente hablar con alguien.
Cuando, nuevamente le preguntamos, ¿porque tenemos que hacer eso si ya pronto les pondrán teléfono a los vecinos? Su respuesta fue simple y clara: “uno nunca sabe por los problemas por los que otros están pasando, siendo amables prestándoles el teléfono puede significar mucho para ellos”.
Luego, hubo un silencio en la casa, y entendimos que su amabilidad era mucho más que decir “cualquier cosa me avisas”, era amabilidad en acción, algo que muy poco se ve hoy en día.
Lección #5: A tener mucha paciencia, en todo
Esta es posiblemente una de las lecciones que más me ha ayudado a superar momentos difíciles. Cultivar la paciencia en todo momento no es nada fácil. Queremos que las cosas vayan siempre a nuestro ritmo, nos ponemos metas y hay que cumplirlas.
La sociedad nos ensena que debemos estar constantemente luchando por el éxito, ser el líder más reconocido, ser el trabajador mas galardonado.
Nos olvidamos que muchas de las personas que reciben estos reconocimientos han estado trabajando en esto por mucho tiempo.
Nadie ve todo el esfuerzo y paciencia que hay detrás de cada éxito. Hay otra frase que se me ha quedado grabada de mi madre al respecto: “todo pasa hijo, todo”. ¡Son solo cuatro palabras!, pero tan poderosas.
Le pregunte en alguna ocasión a que se refería exactamente con la frase, imagine que era que los momentos malos pasan. Sin embargo, su respuesta me abrió la mente cuando me recordó que las épocas “buenas” pasan también, y que no debo aferrarme a lo efímero que es el perder o el ganar.
El Dia de la Madre es una celebración que debemos hacer a diario.
Soy bendecido no solo de haber aprendido de ella, sino de ver la inmensa fuerza de amor de una madre.
Lo veo en mi querida esposa, las madres en mi familia y círculo de amigos, y estoy seguro que nunca tendremos los adjetivos suficientes para expresarles nuestra admiración y cariño.
Espero, como siempre, que esto te sea de ayuda. Lo escribo con mis mejores deseos para que tengas una salud y felicidad plena.